Julio Cesar Alfonso. Director Ejecutivo y Presidente de Solidaridad Sin Fronteras.

Creemos que cada ser humano en el mundo tiene derecho a la salud, sin importar el costo.

JJ: Solidaridad sin fronteras es una organización relativamente joven con propósitos muy definidos. En algún lugar leí “Nuestra membrecía está compuesta por médicos que han huido del gobierno comunista cubano, y hoy viven en los Estados Unidos u otros países”. Con esa aclaración tan explícita, cualquiera se preguntaría si Solidaridad Sin Fronteras es una organización con base política donde se unen salud e ideología.

JCA: En Solidaridad Sin Fronteras no sólo hay médicos cubanos; tenemos también de otros países, se fundó  en Miami en Enero del 2004. De naturaleza  humanitaria. Una organización no lucrativa como la nuestra, no puede estar vinculada a actividades políticas. La política la pone el régimen cubano. Muchos de nuestros miembros son médicos  que han desertado de misiones cubanas en terceros países, se convierten en traidores a la “Revolución” y, por tanto, les niegan su entrada a Cuba. Nosotros lo que hacemos es apoyarlos  para que lleguen a Estados Unidos y los ayudamos a crear su propio futuro.

 En septiembre del 2006 se logró una ley que da  visa parole  a todo el personal médico cubano que  deserte en terceros países. Mucha gente intervino en eso; nosotros pusimos nuestro granito de arena.

JJ: Disculpa que te interrumpa, usaste la palabra desertar y tú no eres militar…

JCA: Es cierto, gracias por la aclaración; los médicos no desertan, son refugiados que deciden vivir en libertad abandonando sus misiones ya que desde Cuba no se les permite salir. Están obligados a huir de esa forma, o de manera ilegal.

Cuando un médico cubano decide irse del  país, el gobierno se lo impide o se lo demora por 5, 10 o más  años; luego no les permite regresar. Conozco un muchacho, que el Ministerio de Salud  le dio la liberación después que se le había vencido el tiempo de visa. Ahora ni tiene trabajo, ni puede viajar.

JJ: Y en esos casos, ¿ustedes hacen alguna acción?

JCA: Nosotros hacemos lo que podemos, hablamos con Washington o con quien sea necesario para  ayudar.  Desgraciadamente,  la última palabra la tiene el gobierno cubano que no admite ni reconoce ningún tipo de intermediación. Es una forma de castigar. Así  sucede siempre. Nosotros hemos manifestado públicamente nuestro interés de enviar donaciones; pero el gobierno cubano nunca lo ha permitido.  Hemos ayudado  de forma indirecta,  sin importar quién gobierna ese país, Solidaridad Sin Fronteras tiene un compromiso con el pueblo cubano.

El médico en su trabajo tiene que estar despolitizado, es un servidor, como el cura. El consultorio de un doctor es un santuario. Así lo dice el juramento hipocrático.

JJ: Juramento que muchos juran y pocos cumplen.

JCA: Es cierto. Pero lo correcto es que después que usted traspasa el umbral de un consultorio, usted ya no es un soldado, ni un político, es un ser humano y hay que darle el mismo servicio que a otros. Es un principio inviolable para quienes creen en su profesión.

JJ: Uno de los fundadores de Solidaridad Sin Fronteras eres tú, Julio Cesar Alfonso; háblame un poco de tu vida.

JCA: Yo nací el 6 de junio de 1968 en Cárdena, Matanzas. Allí me crié, estudié, hice el preuniversitario becado en Jagüey. Recogiendo mandarina y soportando la santanilla. Oye, como pican esas hormigas.

Decidí  estudiar medicina en La Habana, en la facultad de Ciencias Médicas “Girón”, después fui para el  hospital Carlos J. Finlay y  el CIMEQ (Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas). Ya  en la universidad  hicimos un grupo, al que llamamos Movimiento Juvenil 14 de junio, el nombre camuflaba nuestra intención, ese día se conmemora el nacimiento del Che Guevara; y  también el de Antonio Maceo. Un grupo que se caracterizó por las frecuentes y fuertes críticas que hacíamos a  la UJC y la FEU, fue una buena experiencia. Nos hicieron una reunión donde nos obligaron a disolverlo.  Ahí comenzaron los problemas y mi descontento creció.  En el año 1993, salimos un grupo a escribir  carteles contrarrevolucionarios a la calle y alguien me chivateó, al otro día me detuvieron. Estuve preso,  7 u ocho meses, en  Seguridad del Estado de Matanzas donde nunca se sabía si era de día o de noche. Me soltaron, no me pudieron probar mucho. Me botaron del trabajo y tuve que ponerme a inventar haciendo y vendiendo cosas de artesanía en Varadero. Cada vez que pasaba algo, me iban a buscar y me cogían preso. Yo no quería irme de Cuba; no me quedó más remedio. Apliqué para el plan de refugiados que brinda Estados Unidos, y fui aceptado. … aquí te va lo curioso ¿te acuerdas  hace un ratico te dije que fundé el Movimiento Juvenil 14 de junio? Pues bien, la primera de mis dos hijas nació aquí, un 14 de junio. Mis 2 creaciones, increíble coincidencia, Papa Dios posee un buen sentido del humor.

 JJ: … cuéntame ahora  de tus padres.

JCA: Mi papá es ingeniero mecánico, vive en Cuba. Mi madre es dentista,… era. Hace poco viajó a Venezuela como médico internacionalista, nos pusimos en contacto vía telefónica, extrañas razones de una repentina enfermedad la hicieron regresar a Cuba, estuvo ingresada en el hospital Naval de La Habana,… falleció. Es una de las cosas más dura que me han tocado, aún no me acostumbro. Fíjate que dije es, no era.

 No pude ir a Cuba, ni siquiera intenté  pedir permiso para ir a verla, me lo iban a negar.  

JJ: No pudiste asistir a sus funerales, aún no la has enterrado.

JCA: Una de las cosas que paga uno en el exilio. 

JJ: Puede que tengas razón, no me gusta la palabra exilio, se me hace algo excluyente. Te agradezco la entrevista, aquí dejo mi admiración ante  labor  tan encomiable.

JCA: Gracias a ti, regresa cuando desees.

                                   

~ por Juan Juan Almeida en noviembre 2, 2010.